domingo, 28 de marzo de 2010

Textos de Jesús Andrés

Apocalipsis



No eran bendiciones lo que ellos traían, ángeles del cielo con cantos de guerra.
El sol se retira
una nube negra extiende su manto de fuego y de muerte

El miedo exorbita los ojos rasgados y el aire se embriaga con la gasolina
las napalm enlutan la selva cercana de una pobre aldea
que hubo en Indochina

Los dioses de Wagner cantaban sus glorias
y la paz kantiana solo una utopía
Schopenhauer llora desde los infiernos la verdad tremenda que hay en su teoría



Movimiento perpetuo



Todo se transforma,

va diciendo el canto.

Todo se transforma

y nada se pierde,

la canción repite mientras voy viajando al caer la tarde.


Sobre el oeste el sol ya se pone y arrastra al día;

alarga las sombras que visten la noche.

Todo se transforma,

la noche, el día, el sol y las sombras.

¿Qué es lo primero, qué muere o da vida?


El dolor en llanto,

éste en alegría.

¿Será así la cosa

(no lo dice el canto)

encontrar belleza donde solo hay penas, dolores y llanto?


Un alumbramiento florece en dolores,

¿qué define el acto,

el hijo que nace, el dolor del parto?


Y los sufrimientos de los excluidos,

¿habrá alegrías que alivien su drama?

¿En qué se transforman las penas del hombre que vive aún esclavo?

¿O de aquellos otros

que siendo aún niños ruedan por las calles,

ruedan a su suerte?

¿Algo los compensa?,

¿habrá una esperanza que lo justifique?


Todo se transforma.

También se reparte de distinta forma,

según las astucias,

según las codicias:

a algunos los frutos,

a otros las sobras.


Y tal vez nosotros en plantas un día nos transformaremos,

puede ser en aves,

por qué no en peces.

O tan solo en polvo volando en los aires,

cayendo en desiertos, o en mares o en selvas;

descansar un tiempo

y volver al giro de esta calesita

a la que da cuerda un calesitero que nadie ha visto,

que algunos suponen estará en su trono

jugando su juego.


Todo se transforma así de tal suerte

que la vida es vida, siendo también muerte.




1 comentario:

  1. Apocalipsis
    En la brevedad del texto toda la filosofía, aquella historia y el infierno, ausente el paraíso perdido... Bravo Jesús!
    (¡y con ése nombre!)

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